LA MENTALIDAD NARCISISTA

En la vida cotidiana, solemos llamar «narcisista» a alguien que muestra comportamientos egocéntricos o vanidosos. Sin embargo, en la psicología clínica, el término narcisismo tiene un significado mucho más profundo y complejo, pues en ese contexto se trata de un trastorno mental o una alteración en el pensar, sentir y actuar, que va más allá de un simple rasgo o tendencia de personalidad.

El Trastorno de la Personalidad Narcisista (TPN), visto como se describe en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), se caracteriza por un patrón persistente de grandiosidad, una necesidad insaciable de admiración y una profunda falta de empatía. Y estas pautas de funcionamiento, tienen origen tanto biológico como sociocultural.

Saber reconocerlos

Aunque hay una gran diferencia entre tener rasgos narcisistas y padecer el trastorno, los expertos señalan ciertas señales de alerta que pueden ayudarnos a identificar esta mentalidad:

Los narcisistas tienen una visión exagerada de sí mismos, creyéndose especiales y únicos. A menudo fantasean con tener un éxito, poder o belleza ilimitados. Se esfuerzan por alcanzar la fama o el poder, para destacar y ser admirados, pues su autoestima está ligada a sus logros visibles. Sin embargo, detrás de la fachada de confianza que muestran, se esconde una profunda inseguridad y un gran temor al rechazo.

A pesar de que pueden ser groseros, criticones y burlistas, suele ser sensibles e intolerantes a la crítica, al error y al fracaso. Necesitan atraer atención y ganar aprobación , ya que dependen demasiado de la validación externa. De modo que necesitan saberse admirados y se indignan cuando se les ignora.

Un criterio clave de esta mentalidad es la dificultad que muestran para reconocer o conectar con los sentimientos de los demás, a quienes suelen ver como herramientas para lograr sus metas y en ese sentido, no dudan en usar a otros para su beneficio egoísta, sin experimentar culpa o remordimiento.

En el narcisista, hombre o mujer, se revela un comportamiento de superioridad, de menosprecio y minimización de aquellos que le rodean.

¿Un cerebro narcisista?

La ciencia se ha interesado en estudiar y esclarecer detalles sobre este tema. Estudios de Neurociencia han revelado que las personas diagnosticadas con Trastorno Narcisista (TPN) pueden tener una corteza prefrontal más delgada y menos materia gris en esta zona. Esta parte del cerebro es crucial para la empatía y el control de los impulsos. También se ha observado una actividad reducida en la ínsula anterior, área del cerebro que se encarga de conectar con las emociones propias y ajenas, lo que podría explicar su falta de empatía.

¿Se puede «curar» el narcisismo?

Es importante entender que el narcisismo no tiene una “cura” del modo como se trataría una gripe  o una fractura de brazo, debido a la complejidad de las conductas que describen su perfil. Sin embargo, sí es posible mejorar con terapia constante.

La psicoterapia ayuda a desarrollar autoconciencia, empatía y una autoestima robusta, aunque se trata de un proceso que suele ser largo y requiere motivación sostenida y compromiso personal.

De hecho, no hay medicamentos específicos para el narcisismo, pero sí para problemas asociados como Depresión o Ansiedad, Trastornos de la Alimentación, Abuso o de Sustancias, Trastorno Límite de la Personalidad, Trastorno Histriónico o Trastorno Paranoide, que pueden aparecer como consecuencias en casos de personas con diagnóstico de TNP

El objetivo de la terapia en estos casos tan particulares, es: reconocer los patrones de pensamiento y conducta, potenciar la autoestima para reducir la necesidad de aprobación de otros, aprender a manejar la frustración y la crítica de manera saludable y desarrollar una sana empatía para mejorar las relaciones personales.

Resumiendo, el narcisismo, visto clínicamente, va mucho más allá de conductas egocéntricas o vanidosas. Es un modo de pensamiento y de funcionamiento que afecta las relaciones y el bienestar de quienes lo padecen y de quienes los rodean. Entender esta tendencia es el primer paso para protegerse y buscar apoyo, de ser necesario. Si sospecha que una persona en su vida podría encajar en este perfil narcisista, se recomienda: no tratar de convencerlos de sus errores o enrostrarles agresivamente sus comportamientos, evitar confrontaciones, colocar límites claros y firmes, no buscar su aprobación, proteger la propia información para que no la usen en contra nuestra,  y alejarse si la relación se vuelve tóxica o dañina.

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