Dr. Renny Yagosesky
Se denomina «cerebro ejecutivo» a una red de regiones cerebrales que son responsables de regular un conjunto de funciones cognitivas superiores esenciales para el control, regulación o dirección de la conducta y el logro de metas voluntarias a largo plazo.
Se estima que el cerebro ejecutivo es el “summun” de la evolución humana. La esencia de nuestra conducta más edificante.
Las principales regiones del cerebro asociadas con las funciones ejecutivas son: el lóbulo frontal (incluye la corteza pre frontal), el lóbulo parietal y estructuras sub corticales como el hipocampo y el cuerpo estriado.
El funcionamiento óptimo del cerebro ejecutivo, requiere cierta madurez neurológica y desarrollo pleno de las funciones cognitivas. Y ese punto, en términos de edad, se ha trazado entre los 27 y los 30 años de edad.
Algunas de las funciones específicas del cerebro ejecutivo incluyen:
Planificación y organización:
La capacidad de desarrollar estrategias para alcanzar metas y organizar actividades de manera eficiente.
Toma de decisiones:
Evaluar opciones y seleccionar la mejor acción posible en función de las circunstancias y las metas.
Control inhibitorio:
La capacidad de suprimir respuestas automáticas o impulsivas y mantener el autocontrol.
Flexibilidad cognitiva:
La habilidad para adaptarse y cambiar de estrategias o enfoques cuando sea necesario.
Memoria de trabajo:
Mantener y manipular temporalmente la información relevante en la mente para realizar tareas cognitivas complejas.
Control emocional:
Regular las emociones y mantener la calma en situaciones estresantes o desafiantes.
Cuando el cerebro ejecutivo entra en mal funcionamiento (disfunción ejecutiva), ya sea por el impacto de variables genéticas, enfermedades neuro degenerativas, trastornos del neuro desarrollo, traumatismos craneales, tumores cerebrales, puede manifestarse con actitudes y conductas como: impulsividad, inestabilidad emocional, desregulación emocional, dificultad para tomar decisiones, y se le asociado con enfermedades o trastornos como el trastorno bipolar, autismo, trastorno antisocial, déficit de atención y esquizofrenia, entre otras.
El camino de la ayuda terapéutica, se basa en las aplicaciones de la neurociencia cognitiva y los estudio sobre neuro plasticidad cerebral. La búsqueda principal se basa en retrasar efectos perniciosos, generación de nuevas neuronas y activación de áreas sustitutas del cerebro que puedan encargarse de regular funciones que se encuentran desfavorecidas.