La autoestima es uno de los constructos más relevantes de la psicología y la superación personal. Puede definirse como la capacidad modificable que tienen la personas de conocerse, aceptarse, valorarse, cuidarse y respetarse. Suele funcionar como un motor que nos impulsa a enfrentar las dificultades de la vida con inteligencia y resiliencia, sabiendo que, a pesar de los obstáculos, contamos con recursos internos que nos permiten superarlos.
Entender la autoestima
La autoestima es un recurso psicológico esencial, importante que influye directamente en la calidad de vida de las personas. Una autoestima sana permite al individuo evitar y superar el autoengaño, vivir en torno a un propósito significativo, desarrollar un funcionamiento cotidiano equilibrado y congruente, que le permite avanzar hacia lo que se requiere a pesar de los obstáculos que aparezcan en el camino.
La autoestima no hace a nadie perfecto. Sin embargo, los autoestimados asumen la responsabilidad por sus decisiones, no niegan sus limitaciones y no tienen por costumbre culpar a los demás por sus defectos, padecimientos o errores.
El impacto de la migración
Manuel Barroso destacado psicólogo venezolano, afirmaba que los seres humanos somos seres de contextos. Y debe entenderse que esos contextos o entornos pueden ser impulsadores o limitadores para nuestros valores y metas. Así, en algunos casos, los talentos y esfuerzos pueden no cuajar en el escenario donde nos encontramos y la opción de cambiar de ambiente y buscar horizontes nuevos puede llegar a percibirse como la más adecuada. Es así como podemos convertirnos en migrantes y saltar del suelo patrio hacia tierras que percibimos como promisorias y anclamos en ellas para sembrar sueños y cosechar logros.
Y en ese proceso de cambio, a veces incómodo y forzado podemos ver golpeada nuestra autoestima. Migrar, aunque sea una decisión que busca mejorar la calidad de vida, puede tener efectos adversos en la autoestima del individuo. El proceso migratorio suele implicar la pérdida de redes de apoyo, la adaptación a nuevas culturas y la lucha por establecerse en ámbitos desconocidos y a veces indiferentes u hostiles. Circunstancias complejas en las que se puede enfrentar discriminación, carencia económica, falta de reconocimiento de títulos académicos o habilidades laborales del país receptor, dificultad para encontrar empleo o los temas del estatus migratorio, pueden afectar la auto percepción y lograr que algunos se sientan vulnerables y arrepentidos de haber abandonado su país natal.
¿Cómo restablecer la Autoestima?
Para que un migrante logre mantener y fortalecer su autoestima y recuperar su sentido de valía y de eficacia, es necesario que entienda que se enfrenta a una situación que es casi siempre pasajera y que adopte ciertas medidas:
Cuenta tus dones: Decía Og Mandino en uno de sus libros, que para sentirnos bien es necesario reconocer contar los propios dones, valorar las capacidades, habilidades y talentos personales. el migrante haría bien en recordar que, aunque el contexto haya cambiado, las competencias que se poseían no desaparecen y que pueden ser usadas en cualquier momento con un cambio en las condiciones de vida. De igual manera, conviene buscar formas de aplicarlas o adaptarlas al nuevo entorno, pues eso puede brindar una sensación de control y capacidad.
Apóyate en otros: Un punto muy importante es el apoyo social. Al migrante le irá mejor si logra formar redes de vinculación con otros migrantes o con personas locales capaces de ofrecer orientación y ayuda emocional de ser necesario. La proximidad de parientes y amigos alivia el temor como ha sido probado en investigaciones con monos y humanos. Estas alianzas permiten reducir la sensación de aislamiento y mitigar la soledad, compartir experiencias y hasta crear vínculos afectivos más estrechos que incrementan el bienestar emocional. No por casualidad, la investigación más larga sobre la felicidad, realizada por la Universidad de Harvard, que duró más de siete décadas, concluyó que factor más importante para la satisfacción emocional de las personas son las relaciones positivas.
Valora tu singularidad: Es esencial que los migrantes den valor a su singularidad y eviten compararse con los demás, especialmente con aquellos que llevan más tiempo en el país receptor o que tienen mejores condiciones. Cada persona tiene su propio ritmo de adaptación y desarrollo, y es importante respetar ese proceso. La comparación constante solo servirá para minar la autoestima.
No te veas como una estadística. El migrante, para tener éxito debe dejar de compararse y de medirse con las estadísticas. Recordemos que “el hecho de que todos no puedan lograr algo, eso no significa que tú no puedas lograrlo”. Tú no eres ellos. Deja de subestimarte, de medirte como su fuera una estadística. Eleva tu sentido de eficacia y de valor personal.
Ten un propósito: Para ser capaces de pasar esos momentos difíciles, ese “puente colgante” que nos lleve a mejores tiempos tras la decisión de haber migrado, podemos ampararnos en un propósito claro. La idea de superarse, lograr un nuevo estatus, apoyar a los hijos, ser el pilar económico de la familia o probar nuestra capacidad puede ser el detonante simbólico que otorgue significado a la travesía. Tener ese propósito, ese proyecto, mantenerlo en la mente y recordarlo en momentos de dificultad, puede ser una fuente poderosa de motivación y esperanza.
A manera de Conclusión
A modo de conclusión, diré que el dilema del migrante es grande y que se requiere información oportuna y suficiente, una gran fortaleza interna y una buena estrategia que se inicia en los pensamientos, pasa por la actitud y termina en acciones determinadas, coherentes y disciplinadas que conducen a conductas inteligentes y adaptativas, relaciones funcionales y logros favorables. Aunque el proceso migratorio sea desafiante, es posible afrontarlo desde una autoestima sana que enfatice el propio valor y permita el despliegue de los recursos personales para lograr las metas y pasar de sobrevivir a vivir de una manera satisfactoria y digna. Gracias por leerme.
El Dr. Renny Yagosesky es PhD en Psicología, Lic. en Comunicación Social, Conferencista y Escritor